LA DIVISIÓN ENTRE CIENCIAS Y HUMANIDADES
Un análisis crítico
Abel Rojas
Introducción
En
este escrito se ensayan ideas relativas al problema de la división entre
Ciencias y Humanidades. La tesis central que se sostiene, es que esta división
artificial es perjudicial para el desarrollo de la cultura humana. Para
sostener esta conjetura, inicialmente se dilucida lo que se entiende por ˈcienciasˈ y ˈhumanidadesˈ, explicitando el criterio central que hace posible
tal división. Luego se hace un examen crítico de tal criterio, cuya
consecuencia directa sugiere que se trata de un criterio obsoleto y contraproducente.
En consecuencia, se argumenta a favor del desarrollo armonioso y cooperativo de
todas las disciplinas creadas por los seres humanos. En suma, esta crítica de
la división Ciencias-Humanidades, conduce a sustentar que el mejor sendero para
la cultura humana, es su cultivación íntegra, armoniosa y cooperativa.
Desarrollo
Los
seres humanos son curiosos por naturaleza. Al estar en el mundo, intentan
comprenderlo y transformarlo. Para lograr estos objetivos, inventan otro mundo
completamente artificial; más propiamente, un mundo conceptual o ideal. Dicho
de otro modo, inventan sistemas de ideas acerca del mundo o la realidad.
A lo
largo de la historia humana, estas ideas sistemáticas fueron constituyéndose en
subsistemas cuya referencia central seguía siendo el mundo e incluso las mismas
ideas. Así, se crearon las distintas disciplinas o campos de estudio de la
realidad. Estas disciplinas configuraron su esencia en torno a un objeto
específico propio del interés humano. Con este proceder, se dio lugar a la
emergencia de las especialidades. En consecuencia, se crearon una multiplicidad
de disciplinas especializadas en parcelas concretas del mundo, según sea el
caso.
El
intento por realizar una clasificación de tales disciplinas, ha conducido a
dividirlas popularmente en dos grupos aparentemente opuestos y radicalmente
distintos entre sí. Esta clasificación recibe el nominativo de disciplinas
científicas y disciplinas humanísticas, o también ampliamente conocido como
Ciencias y Humanidades. La discusión acerca de la validez de esta división es
lo que en este escrito se denomina el
problema de la división entre Ciencias y Humanidades.
Una
de las preguntas fundamentales de este problema, pertenece al nivel conceptual,
pues se concentra en averiguar qué se entiende por ˈcienciasˈ y ˈhumanidadesˈ. A continuación, se ofrece una respuesta aproximada
y funcional al respecto.
El
significado de los términos ˈcienciasˈ y ˈhumanidadesˈ, se
encuentra estrechamente ligado a los atributos de los referentes que agrupan
tales palabras. El conjunto de disciplinas agrupadas bajo el nominativo de ˈcienciasˈ, comparte rasgos aparentemente ausentes en las ˈhumanidadesˈ, del mismo modo que el conjunto de las disciplinas
agrupadas bajo el nominativo de ˈhumanidadesˈ,
comparte rasgos ausentes en las ˈcienciasˈ.
Los
rasgos más promisorios presentes en las disciplinas científicas serían la exactitud
matemática y la facticidad empírica. A diferencia de estas, las disciplinas
humanísticas carecerían de tales rasgos. En consecuencia, disciplinas tales
como Física, Química o Biología, pertenecerían al campo de las Ciencias. En
cambio, disciplinas tales como la Filosofía o Literatura, pertenecerían al
campo de las Humanidades.
Así,
lo que definiría el significado de los términos ˈcienciasˈ y ˈhumanidadesˈ,
serían los atributos que tienen las disciplinas que se conjuntan en tales
apelativos. En suma, se podría decir que ciencia
significa exactitud y facticidad, y toda disciplina que carece de tales
propiedades, serían catalogados como humanidades[1].
Por
todo lo dicho, el criterio central de la división entre disciplinas
pertenecientes a las Ciencias y Humanidades, es básicamente el significado de
ambos términos genéricos, el cual, a su vez, se basa en los rasgos o atributos
que referencian tales términos. Si esto es así, es decir, si lo esencial de la
división disciplinaria aquí tratada opera como criterio clasificador, entonces
es pertinente concentrar el análisis crítico en este aspecto del problema de la
división entre Ciencias y Humanidades.
Puesto
que la exactitud matemática y la facticidad empírica son los rasgos esenciales
en virtud de la cual se clasifica una disciplina, es preciso realizar un examen
cuidadoso de estos aspectos.
A
primera vista, podría parecer cierto que los rasgos en cuestión son propiedades
exclusivas de las disciplinas que pertenecen a las Ciencias. Después de todo,
el lenguaje nato de la Física es la Matemática, los análisis más sofisticados
en Biología emplean la Matemática o Estadística. En cambio, nada de esto se
aplicaría en Literatura, por ejemplo.
A
segunda vista, si se realiza un análisis concentrado en identificar el empleo
de la Matemática en disciplinas tradicionalmente clasificadas en las
Humanidades, hará advertir que, al menos, en algún grado, sí se emplean
elementos de la Matemática en el corpus teórico de tales disciplinas. Por
ejemplo, no es extraño que disciplinas como la Sociología, Psicología o
Antropología, empleen fuertemente el análisis estadístico. Incluso, algunas
ramas de la Filosofía, están atravesadas por tecnicismos lógicos y matemáticos.
Quizá la Literatura sea la que menos matemática emplea en su corpus teorético,
pero, aun así, al menos en algunas variantes de tal disciplina, por lo menos se
compone de unas matemáticas muy elementales.
Otro
criterio central, es el de la facticidad empírica. No cabe duda que las
disciplinas clasificadas en el grupo de las Ciencias, tienen como objeto
genuino de estudio, lo fáctico; lo que existe realmente en el mundo. La Física
estudia la materia y la energía, la Química estudia los cambios ocurridos en la
materia, la Biología estudia el origen y desarrollo de los seres vivos. Sin
embargo, si se explora los referentes de las disciplinas tradicionalmente
insertadas en el saco de las Humanidades, se podrá notar que ellas también
tienen como objeto de estudio el mundo fáctico. Así, la Sociología estudia la
sociedad, la Psicología estudia los fenómenos psicológicos que ocurren
realmente en los seres humanos. Además, la disciplina que aparentemente no
tiene contacto directo con la realidad como la Literatura, tiene al menos
algunas variantes de corrientes que sí anclan su reflejo en la realidad.
Incluso la Filosofía tiene una rama que se ocupa de estudiar la realidad en sus
rasgos más generales, tal como lo es la Ontología.
Se ha
podido constatar que los rasgos aparentemente exclusivos de las disciplinas que
hoy son parte de las Ciencias, son también parte de las disciplinas que
pertenecen a las Humanidades. Si bien no se podría decir que son los rasgos
predominantes, sí es factible sostener que tales rasgos no están ausentes del
todo.
Una
vez aceptado que rasgos como la matematicidad y facticidad están presentes en
las distintas disciplinas, es necesario aclarar que, en algunas, predominan más
unos rasgos que otros. A pesar de esta variabilidad, la consecuencia directa de
esta constatación, es que el criterio clasificador en cuestión queda obsoleto.
En
efecto, si se sostiene como criterio clasificador la presencia total de rasgos
como la matematicidad y facticidad, no hay posibilidad estricta de clasificar
las disciplinas tal como hasta ahora se lo realiza. Esto es así porque todas
las disciplinas presentan esos rasgos al menos en algún grado, dejando a un
lado la exclusividad.
Ahora,
si ya no existe criterio válido y capaz de generar una división artificial de
las disciplinas, acomodándolas tajantemente entre las denominadas Ciencias y
Humanidades, ¿Es plausible seguir hablando de la dicotomía
Ciencias/Humanidades? ¿Tiene sentido hacer referencia a las Ciencias y las
Humanidades como dos conjuntos de disciplinas radicalmente distintas? A todas
luces, la respuesta parece ser que no.
La
visión clasificadora tradicional que se tiene respecto a las disciplinas, es
artificial y perjudicial, puesto que no responde a una descripción cercana a
los verdaderos atributos de las disciplinas. Se trata de una clasificación que
no se sostiene por sí misma, ya que el criterio es erróneo.
Lo
que sí se puede sostener, es que disciplinas tales como la Física, tienen un
alto grado de matematicidad y facticidad, sin que por ello deje de emplear
recursos literarios y especulativos, al menos en algún grado. Del mismo modo,
es factible sostener que disciplinas tales como la Filosofía, tienen un alto
grado de especulación y subjetividad, pero no por ello deja de preocuparse por
la realidad y deja de emplear herramientas matemáticas. La presencia de estos
rasgos lo encontramos casi en todas las disciplinas. La diferencia está en que
unos rasgos son más predominantes en unas disciplinas que en otras.
El
razonamiento anterior se constituye en una base plausible para sostener que es viable
y deseable cultivar el empleo de los recursos matemáticos y literarios en todas
las disciplinas, en la medida en que esto sea posible. Desde luego que hay
sectores de la Literatura que no requieren de las matemáticas, ni deben tener
como referente la realidad; pero hay otros sectores del mismo campo de la
Literatura que sí lo requieren al menos en algún grado. Lo mismo ocurre con la
Física, pues hay sectores que no deben presentar recursos literarios, pero hay
otros sectores relacionados con el mismo campo de la Física, que sí requieren
de herramientas literarias.
En
todo caso, todas las disciplinas presentan propiedades matemáticas o fácticas.
La diferencia, está en que, en unas, están más presentes que en otras, según
sea el caso. Esto es, hay una clara muestra de predominancia de propiedades o
rasgos. Esto hace posible aseverar que, una disciplina cualquiera (o al menos
una rama de ella), sí emplea los rasgos aludidos, tales como la matematicidad,
facticidad o rasgos literarios.
Conclusión
Se ha
analizado críticamente la división de las disciplinas en Ciencias y
Humanidades. De todo el examen realizado, se ha concluido que esta
clasificación es obsoleta y perjudicial. Así, el argumento central operó contra
esa clasificación, favoreciendo consecuentemente la interacción entre todas las
disciplinas. Es deseable que todas utilicen los recursos necesarios y
plausibles para su campo con la única finalidad de lograr un avance conjuntivo
y provechoso de la cultura humana.
[1] Aquí no se
discute el significado total de los términos ˈcienciasˈ y ˈhumanidadesˈ. Nótese que solo se prioriza uno de los significados que resulta
relevante para el tipo de análisis realizado en este ensayo.
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